Monitoreo, la clave para el manejo de Spodoptera en maíz

Monitoreo, la clave para el manejo de Spodoptera en maíz

En maíz, la plaga principal es el gusano cogollero que incide en todo el ciclo del cultivo. Esta problemática produce importantes perjuicios en la productividad y en la calidad del cultivo.

Múltiples han sido los intentos de controlarlo, por lo que en la actualidad se han utilizado métodos como lo son los cultivos genéticamente mejorados, pero la plaga ya “quebró” la resistencia de la mayoría de estos híbridos. Numerosos casos de resistencia o disminución de los niveles de eficacia han sido reportados frente al ataque de la oruga cogollera.

Por tal motivo, es fundamental contar con alternativas químicas efectivas para su control, que deben ser incluidas en un esquema de “manejo integrado de plagas”.

¿Que sabemos de Spodoptera frugiperda?

Vulgarmente, conocemos esta plaga con el nombre de “gusano/isoca cogollero” por su acción en el cogollo de la planta, es la plaga más importante del cultivo de maíz en Argentina, y más aún en el norte del país y en maíces tardíos, donde la presión y los picos poblacionales son más altos, pudiendo causar daños muy significativos. 

Es una plaga polífaga que causa severas pérdidas si no se controla oportunamente. Los ataques más severos se presentan durante la fase vegetativa inicial del desarrollo de las plantas, 30 días después de la siembra, pueden llegar a ocasionar pérdidas en el rendimiento de un 30 a un 64%. Esta oruga selecciona hojas y brotes tiernos, especialmente de los cogollos para alimentarse, convirtiéndose en un masticador del tejido vegetal. En estado de plántulas puede causar la defoliación completa y además dañar el meristema apical en desarrollo (Buntin, 1986). Brown y Mohamed (1972).

 

La disminución de rendimiento en grano causada por la defoliación queda condicionada a la cantidad de área foliar destruida y la etapa de desarrollo del cultivo en que esta ocurra (Lauer, 2009). El mayor impacto de la plaga sucede cuando la defoliación se presenta en etapas vegetativas avanzadas y en las etapas reproductivas (Thomison y Nafziger, 2003).

¿Sabemos monitorear? 

Los ataques de Spodoptera frugiperda se pueden controlar sin inconvenientes, pero la mayoría de los fracasos ocurren como causa de tratamientos tardíos, donde la larva ya se encuentra dentro del cogollo, situación causada por la falta de acciones oportunas de control o directamente la ausencia de monitoreos. Los mismos deben realizarse de la siguiente manera:

  • Dentro del lote debemos posicionarnos en la primera planta con daño y a partir de ahí debemos observar 100 plantas lineales, anotar cuantas de ellas presentan daños de Spodoptera. Si en promedio tenemos un 20% de plantas con daño de escala de Davis* 2 o 3 (daño ventanita), donde aún no se observan orificios/perforaciones, ya estamos en condiciones de realizar una aplicación, ya que la oruga que causa el daño aún es pequeña, se encuentra generalmente sobre la hoja y fuera del cogollo, susceptible al producto a aplicar.
* Escala de Davis (1992), la misma sirve para identificar a campo los distintos niveles de daño que puede ocasionar esta oruga en maíz.

En Argentina (Iannone y Leiva) recomiendan la aplicación química cuando el nivel de infestación se encuentra entre un 15 a 20 % de plantas atacadas con larvas presentes hasta el estadio V4. Los mismos autores admiten hasta un 10% de plantas con larvas si el cultivo se encuentra entre 4 y 8 hojas.

Por ello, es clave aprovechar los momentos en que la larva está aún expuesta y es susceptible al contacto con el insecticida, donde se lograría la mayor eficiencia de control. 

Generalmente, cuando la gran mayoría detecta el problema es con grado 3, donde los daños ya son evidentes y severos, observándose mucho aserrín, con una larva que ya ha profundizado y se encuentra muy protegida, lo cual obliga a tratamientos más caros pero con resultados deficientes. 

Por todo lo dicho anteriormente, comenzar los monitoreos bien tempranos, identificando oviposiciones y presencia de larvas pequeñas. La frecuencia de monitoreo debe ser de al menos una vez por semana. Sabemos que cuando comienza el daño, las visitas deben realizarse cada 2 o 3 días, ya que, con condiciones ambientales favorables, el avance es muy rápido y la plaga se introduce en el cogollo, generando una gran dificultad de control con otros segmentos de productos de alto costo.

Se deben controlar las larvas presentes y minimizar los futuros nacimientos mediante el uso de insecticidas residuales de última generación que aportan una cobertura de 15 a 20 días. Si bien estos productos controlan diferentes estadíos larvales, el mayor beneficio se obtendrá aplicando en los estadíos más jóvenes de la plaga. Es clave conocer el sitio de acción del insecticida a utilizar, para en caso de necesitar más de una aplicación poder rotar su sitio de acción. 

Otra estrategia a tener en cuenta es la calidad de aplicación de los mismos. Se recomienda alta presión para lograr gotas chicas y utilizar pastillas de cono hueco. Las aplicaciones deben ser siempre con aceite.

 

Composición: TIAMETOXAM 14,1% + LAMBDACIALOTRINA 10,6%, está formulado como Suspensión Concentrada (SC)

Es una mezcla lista de dos modos de acción diferentes, neonicotinoide y piretroide. El efecto insecticida es tanto por ingestión como por contacto.

Es un insecticida foliar de amplio espectro.
Proporciona volteo y persistencia. Combina dos principios activos con características complementarias.

• Tiametoxam es un neonicotinoide sistémico de alta persistencia que controla insectos chupadores; y la Lambdacialotrina tiene alto poder de volteo actuando sobre insectos masticadores y chupadores.

Sus ingredientes activos actúan de la siguiente manera:

  • Tiametoxám: Intervención en la transmisión de estímulos en el sistema nervioso de los insectos. El efecto prolongado del producto trastorna el sistema nervioso de los insectos, ocasionándoles finalmente la muerte

 Lambdacialotrina: Su acción, es a nivel sistema nervioso, generando una alteración de la transmisión del impulso nervioso.

Excelso tiene un perfil toxicológico Banda azul – CLASE III – Cuidado

Composición: Rynaxypyr®(% p/v) 20%, está formulado como Suspensión Concentrada (SC) 

Coragen es el primer insecticida perteneciente a una nueva familia química, cuyo ingrediente activo es el Rynaxypyr®. El mismo actúa de manera diferente al resto de los insecticidas comerciales, afectando al sistema muscular de los insectos y eliminándolos de 1 a 3 días después de la aplicación.

Este nuevo modo de acción se traduce en dos grupos de atributos: 

  • Potencia Insecticida: 

Excelente Protección del Cultivo. 

Poder de Bloqueo de la alimentación: la plaga deja rápidamente de comer. 

Persistencia superior. 

Poderosa acción en todos los estadios larvales.

  • Elevado Perfil Ambiental:

Producto Banda Verde CLASE IV – Cuidado

Mínimo impacto en insectos benéficos. 

Ideal para incluir en programas MIP (Manejo Integrado de Plagas).

Confiable para usuarios y operarios al preparar y aplicar. 

La dosis de registro de Coragen es de: 75-100 cm3 /ha 

Coragen es compatible con otros productos y formulaciones usados comúnmente. En el momento de preparar la mezcla de aplicación es fundamental agregar los diferentes productos según su tipo de formulación.